Aquellas historias que a veces no queremos contar, personas que preferimos no recordar. El sentimiento de creer que lo ves y por algún a razón tengo esa sensación nerviosa o delirio de persecución, ¿y es que será asi el resto de mi vida? . y Si algún día escribiera cartas con destinatario, esta sería una de esas en las que nos bloqueamos.
pero ahí estaba yo tirada en el suelo de un muy frio pasillo de hotel en Bogota, llorando desconsolada y preguntando por que nuevamente pasaba por una situación así. ¿Por qué siempre me pasaba esto a mí?... vaya pregunta ! no solo me había golpeado, humillado y echado de la habitación del hotel sin dinero, además no me dejo sacar mi ropa y el celular. Cuando baje el ascensor, solo hasta ese momento me vi sola, en el norte de la ciudad y me preguntaba que podía hacer?, a donde me iba?, solo pensaba de qué forma podía superar esta humillación y como me iba a levantar de esa caída; por eso tuve que subir nuevamente, tragarme el orgullo, agachar la cabeza, pedir perdón, todo para recuperar mi billetera y mi teléfono... y así poder tomar el primer vuelo de regreso. Pero no. Seguí. lo perdone. lo supere. Que tonta no?
top of page
Autores Invitados
bottom of page
Comments